Escribo.

¿Escribo para mí, escribo para alguien, o para todos?Creo que es un poco de cada cosa.Escribo porque siento que tengo algo para decir. Escribo porque me desespera cuando me invaden las palabras y estoy obligada a decirlas. Escribo con alegría, con euforia, con dolor y con lágrimas.Escribo como telegrama o escribo a cada rato. Escribo sin editar, todo-como-me-sale-en-el-momento o escribo despacito, releyendo y buscando *la* palabra adecuada. Escribo pensando en qué van a pensar. Escribo sin que me importe nada, diciendo lo que me pasa por la cabeza.Escribo para todos. Con la ridícula ilusión de que alguien entra y lee, sonríe, responde, comprende o se enoja. Puede que nadie lea, y entonces todo es en vano, pero esos días en que escribo para todos, parece no importarme.Escribo para mí. Porque me gusta verlo escrito. Porque extraño algo o a alguien. Porque recuerdo lugares, imágenes y situaciones y de alguna manera quiero llenar ese espacio con algo. Con palabras, con fotos o con lo que sea. Escribo porque el enojo de guardármelo es demasiado fuerte. Escribo porque prefiero sacar con palabras mi locura, que odiar o maldecir a quienes hacen detonar mis pensamientos.A veces escribo para alguien en especial. ¿Lo leerá? Probablemente no. ¿Se dará por aludido? No lo sé. Y aún así, ¿de qué sirve? Nada cambia aunque yo pueda elegir las palabras. Hay tantas veces que no podemos hacer más que aceptar las cosas y bancarnos la realidad como es, asi que, para el caso... da igual si soy leida, si soy comprendida.Escribo activamente, tomando el control, resolviendo y haciendo yo. Porque no puedo hacer otra cosa, porque no se dan cuenta de que quiero otra cosa y no me queda otra que reaccionar así, haciendo yo. Escribo entregada, reflexiva, shockeada porque las circunstancias me superan. Me dejo llevar y las palabras salen solas. No las pienso ni me pregunto porqué.

Sólo salen.