lunes, 26 de noviembre de 2007

Ella..otra vez yo.


Ella era espiritual como el aire corriendo por las calles de madrugada. Ella era intensa como un núcleo atómico rozando la catástrofe nuclear. Ella era bella como el dolor en estado puro. Fuerte como el delirio de un loco desahuciado. Equilibrada como las mareas. Ella tenía una mirada capaz de atravesar vidas enteras. El gesto de su rostro emanaba la calma de oriente y el caos de occidente. La suavidad de su piel sugería el deslizar de los cuerpos desnudos por las dunas del desierto. Ella estaba totalmente desquiciada. Loca, brillante y perfecta en su inifinidad de taras, podías perder la cabeza por una palabra suya, por un jodido mohín de esos labios llenos de obsceno significado.

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